sábado, 26 de diciembre de 2009

Cueva Valiente desde el Camping de Peguerinos.

Nueva ruta montañera en compañía de mi cuñado Alberto para celebrar la Nochebuena por una zona que no conocía antes: los alrededores de Peguerinos, un paradisíaco enclave a caballo de las provincias de Avila, Segovia y Madrid. En concreto recorrimos la subida desde el camping del pueblo hasta el alto de Cueva Valiente y sus mil novecientos tres metros de altura por una ruta traspasada punto a punto manualmente al GPS desde el mapa del libro “Las Sierras Desconocidas de Avila”, de José Manuel Martín, editado por Ediciones El Senderista. No hice fotos a pesar de llevar la cámara, así que el mapa interactivo de la ruta en Wikiloc será la única ilustración de la entrada, aunque mi cuñado y yo prometimos volver más de una vez por esta ruta y me traeré seguro hermosas imágenes.

Al ser una fecha tan señalada decidimos madrugar para volver pronto y sobre las ocho y media, después de un viaje pesado y lento debido a la lluvia y la niebla, aparcamos el coche frente a la entrada del camping de Peguerinos. A pesar de haber amanecido hacía unos minutos, el día es oscuro, ventoso y lluvioso. Y la niebla nos envuelve.

Iniciamos la andadura por una senda paralela a la pared que delimita el camping, erróneamente, pues la ruta que llevo en el GPS sale justo al otro lado de esa misma pared, por lo que nos desviamos unos cientos de metros. A ello contribuyó el que en el inicio de la senda que tomamos, pero POR FUERA DE LA PARED, hay un cartel informativo sobre la ruta: el error estaba servido e interpretamos que la senda que cogimos justo al pie del cartel era la correcta. No obstante tenemos la oportunidad de hacer casi tres kilómetros preciosos, vadeando el Arroyo Chuvieco en un par de ocasiones y cruzando hermosísimas praderas cubiertas de verde y rodeadas por magníficos bosques de pino albar en las que a través de la niebla adivinamos la bucólica imagen de los caballos pastando. El suelo, saturado de agua se hundía a veces bajo nuestras suelas, ya que en algunos tramos no hay vereda. A pesar de ello avanzamos a buen ritmo con la tranquilidad de que el GPS nos orienta sobre la dirección correcta a seguir y después de un tiempo enlazamos con la ruta “oficial”, justo por encima del camping. Para entonces ya nos hemos quejado unas cuantas veces de la impenitente lluvia…

En este tramo la pista está perfectamente marcada y no hay ninguna complicación, la pendiente es leve y se gana cota de manera muy suave. Al poco llegamos al Embalse de Cañada Mojada, que a pesar de la lluvia que lleva cayendo sin cesar desde hace casi dos días está completamente helado. Aquí nos desviamos de nuevo hacia el oeste, cruzando campo a través y vadeando de nuevo el Arroyo Chuvieco que dejamos a nuestra derecha. En algo menos de un kilómetro encontramos una nueva pista perfectamente transitable excepto por las ocasionales y traicioneras placas de hielo que nos dieron algún que otro susto a Alberto y a mí. En el kilómetro ocho encontramos una fuente de la que desconozco el nombre. El frío hace parecer su agua templada..., porque para entonces el día ha empeorado aún más, la niebla se ha cerrado y apenas vemos cien o doscientos metros a nuestro alrededor en el mejor de los casos, mientras que un frío viento arrecia y ruge en las copas de los árboles. Por momentos la imagen es de una plasticidad casi de cuento de hadas: retazos de niebla colándose entre los troncos de pinos cubiertos de empapado y verde musgo. Algún tímido corzo que huye al oírnos acercar. Helechos muertos a la espera de la próxima primavera, marrones, recortados contra el verde intensísimo de la hierba fresca…

Tras nueve kilómetros relativamente cómodos llegamos al Collado de la Gargantilla, donde paramos unos minutos a visitar los primeros restos que encontraremos hoy de la Guerra Civil Española, tan abundantes por esta zona. Desgraciadamente, a pesar de servir de recordatorio de lo que nunca debió ocurrir, están prácticamente abandonados y llenos de suciedad, pero tenemos unos minutos para pensar en ese soldado, guarecido en esa garita, en invierno, con el mismo viento que nosotros sentimos encima, empapado y helado, preguntándose porqué está ahí mientras recuerda a la familia que dejó atrás.

Aquí empieza la parte dura de la ruta. Aunque en este collado enlazamos con la senda marcada, no la cogemos, y giramos hacia el oeste, por una vereda apenas marcada y muy descarnada por la que se anda con dificultad y que en los primeros cientos de metros baja paralelo al cauce del Arroyo de la Gargantilla, que nace en este lugar. Al poco giramos hacia la derecha y comenzamos a remontar altura aprovechando el cauce seco durante casi todo el año de un pequeño torrente que cae desde la cuerda de la Sierra de Malagón hacia la que nos dirigimos. Hoy sin embargo lleva bastante agua y el avance se hace difícil por el desnivel y lo suelto del terreno. Tras un kilómetro llegamos por fin a la cuerda. Aquí el fortísimo viento hace difícil incluso andar con normalidad y nos hace trastabillar lo que unido a la humedad de las rocas y a que por otra parte la niebla nos oculta los maravillosos paisajes que intuimos, hace que desistamos de subir alguno de los riscos que nos rodean.

Tras una pequeña bajada, en la que por suerte estamos algo más resguardados del vendaval, encaramos la última, y aún más dura subida a Cueva Valiente por su cara norte. Esta está marcada por pequeños hitos y zigzagea por una fuerte pendiente cubierta de árboles, alguna roca cubierta de musgo y troncos caídos. La lluvia, que se está convirtiendo ya casi en una tortura, no ha derretido completamente el hielo y la nieve de esta ladera norte, por lo que la subida, entre agarres precarios y resbalones se nos hace bastante dura. Al llegar al alto de Cueva Valiente, (realmente una explanada en la que se encuentra el pequeño risco donde un vértice geodésico marca la cumbre), volvemos a estar totalmente desprotegidos contra el viento y la lluvia que azota nuestra cara con la fuerza del granizo. De nuevo hay momentos en que se hace difícil incluso andar, y para entendernos entre nosotros debemos hacerlo a voces. La niebla nos oculta el deseado refugio casi hasta darnos de bruces contra él y ambos cruzamos los dedos pidiendo que esté abierto pues necesitamos un descanso. Por suerte así es, y además está en buen estado de conservación, incluso equipado con una pequeña mesa de campo plegable, de esas con las sillas incorporadas, de cuatro plazas, alguna raída manta y leña. Relativamente limpio y con la ventana y la puerta en buen estado.

Nos ha caído tanta agua, y con tanto viento, y hemos sudado tanto debido al esfuerzo de la última subida, que a pesar de los impermeables estamos empapados. Incluso mis guantes, están llenos de agua por dentro. Nos despojamos de las últimas capas de ropa para intentar al menos que las primeras, (camisetas y pantalones, técnicos y que absorben poca agua), en contacto con nuestro cuerpo, y debido a su calor, se sequen. Y lo hacen, pero nos quedamos literalmente helados, puesto que la temperatura a esa altura rodará esa mañana los dos o tres grados. Y lo peor es ponerse de nuevo la ropa mojada…

No obstante el bocata ha hecho maravillas en nuestro ánimo y ambos estamos de acuerdo en que el día está mereciendo la pena. Entre risas, promesas de volver en verano y pasar la noche en el refugio y lamentos por las vistas que nos estamos perdiendo, salimos del refugio, cosa más difícil de lo que parece puesto que el viento hizo que un servidor tuviera que empeñar buena parte de sus más de ochenta kilos en empujar la puerta para conseguir abrirla… Una vez fuera el temporal ha decidido obsequiarnos con una traca final en forma de gélido diluvio, horrísono viento que nos impidió hablar durante unos minutos y más y más niebla. Cueva Valiente, nos debes una…

La bajada la hicimos por la pista semiasfaltada que lleva sin posibilidad de pérdida, (evidentemente salvo nevada intensa), de vuelta al camping. El paso es fácil y rápido y al ir perdiendo cota e ir encontrando refugio de nuevo entre los árboles, en poco volvió la animada charla. Una visita a un abandonado nido de ametralladoras, algún avistamiento más de corzos y alguna rapaz que no identifiqué y hora y media más tarde estábamos de nuevo en el coche, con la calefacción a tope y planeando la próxima salida.

Un par de reflexiones. El GPS ha sido una de las mejores compras que he hecho recientemente. Sin él no hubiéramos podido orientarnos entre la niebla en los tramos en que abandonamos las pistas y nos ofreció una tranquilidad enorme a la hora de decidir por dónde avanzar con la tranquilidad de tener en todo momento una idea concreta de dónde estábamos. No obstante es una máquina, y como tal, puede fallar, por lo que sigo saliendo con mi brújula y un plano de la zona, (ayer me hubieran servido de poco de todas formas). Otra es que aunque las condiciones del jueves no fueron extremas, (unos pocos grados menos sí hubieran sido un verdadero problema para nosotros), sí fueron lo bastante duras como para pensar que un descuido en apariencia nimio como la pérdida u olvido de un gorro o un guante pueden convertirse en un serio problema y que es mejor cargar con equipo de más y sudar por ello que no echarlo de menos cuando haga falta. ¡Ah!, y de ahora en adelante no faltará un mechero en mi mochila: hubiéramos sacado buen partido a esa leña en el refugio...

Enlace a la ruta en Wikiloc. Enlace de descarga del track en .gpx, (en mi Skydrive).

lunes, 14 de diciembre de 2009

Bola del Mundo, Maliciosa, Cabezas de Hierro Menor. ¡¡¡Cuñaaaooo…!!!

bola_maliciosa_cabezas 13-12-09 035 Mi cuñado Alberto y un servidor en el alto de La Maliciosa.
 
Salir del túnel de Guadarrama de noche siempre me produce sensaciones encontradas por la brusquedad con que ante mis ojos aparece la indiscutible belleza de la miríada de luces ámbar y blancas, salpicadas con ocasionales destellos rojos, que cubre todo el frente hasta el horizonte, pero que trepa y amenaza esa otra belleza, más agreste y genuina que, (aún), domina a la izquierda. Es el signo de los tiempos, la doble cara de un progreso quizá necesario, pero pocas veces bien entendido, que en busca de comodidad y bienestar por el camino se va cobrando un caro tributo en forma de paisaje y vida salvaje. Instintiva, (e imprudentemente), desvío mi mirada a la familiar silueta de Bola del Mundo, hoy fácilmente identificable pues sus luces son las más altas de toda la sierra. Algo a su derecha veo también la característica y recién hoyada por mí, cumbre de La Maliciosa. Si todo va bien en unas horas coronaré de nuevo ambas, más Cabezas de Hierro Menor, que desde esta perspectiva, y si mi sentido de la orientación no me falla, adivino oculta detrás de Bola del Mundo.
 
Aunque el sol no brilla, (he salido de Avila de noche cerrada), ya clarea, y el cielo afortunadamente está despejado, lo que me tranquiliza de cara a esta salida por una zona relativamente fácil pero que podría darnos muchos problemas con niebla, y ello a pesar de llevar en el bolsillo mi nuevo y flamante Garmin eTrex Vista HCx y de que ya la he recorrido en varias ocasiones. Poco a poco voy conociendo esta sierra, sumando "conquistas" de sus cumbres, referencias en ese mapa mental tan útil cuando la tecnología falle, (tarde o temprano lo hará), pero sobre todo, adquiriendo innumerables y bellísimas imágenes que quedarán por siempre en mi retina.
 
Salgo de la A-6 en dirección Guadarrama. Al fondo y a la derecha veo el Puerto de Navacerrada donde he quedado con mi cuñado, buena compañía para el día de hoy, y la única, ya que a ultima hora Pedro se ha caído de la quedada. Uno de los problemas con que nos enfrentaríamos era la vaticinada "entrada de aire siberiano" que la AEMET pronosticaba para hoy, con temperaturas bajísimas y sensaciones térmicas dignas del mismísimo polo, pero mientras entro a tomar un cafelito en el Dos Castillas compruebo que no es para tanto y que un grado negativo que marca el termómetro sobre el dintel de la puerta es mejor temperatura que la que dejé una hora atrás. Unos minutos de charleta, siempre fáciles con un tipo tan locuaz como mi cuñado Alberto, y para arriba…
 
Intuyo que el día va a ser duro para mí pues el sábado noche mi club celebró su cena de navidad y al sumatorio de excesos con la comida, (patragruélica), y la bebida, (sólo generosa), se añade la falta de sueño. No obstante me encuentro mejor de lo que pensaba y ganamos cota con facilidad, si bien es cierto que nos tomamos esta parte con calma. A esto ayuda el majestuoso panorama que tenemos a nuestra izquierda: la nubosidad llega casi a la altura del puerto, y hasta donde nos alcanza la vista todo está cubierto de un compacto manto blanco que se deshilacha tan sólo en su pugna por acariciar los pies de Peñalara, cuya cima está cubierta de nieve.

bola_maliciosa_cabezas 13-12-09 008 Ancha, (y nublada), Castilla…

bola_maliciosa_cabezas 13-12-09 013 Majestuosa Peñalara

Al llegar al remonte paramos un momento a ver con calma la imagen de la Virgen de las Nieves, escultura por la que siempre había pasado "de puntillas", y disfrutar de nuevo del camino andado y el manto de nubes a nuestros pies, ya iluminado todo por un radiante sol que nos acompañará casi todo el día.

bola_maliciosa_cabezas 13-12-09 021 Panorámica del Puerto de Navacerrada desde la Virgen de las Nieves.

El terreno está practicable. La nieve caída días atrás se ha fundido casi en su totalidad y la que queda es compacta y dura, poco resbaladiza. A nuestra derecha vemos la cumbre de La Maliciosa, a la que nos acercaremos por un visible sendero que hoy no ofrece mayor dificultad. Al llegar al Collado del Piornal nuestro camino se une con el de los montañeros que buscan cima desde el valle por el que discurre el arroyo de La Maliciosa, por donde hace unas semanas nosotros hicimos lo propio. Un último tramo, este sí más complicado por la presencia de piedras cubiertas parcialmente de nieve y llegamos al alto de La Maliciosa. En él nos demoramos un buen rato, admirando las espectaculares vistas hacia mi tierra, de la que apenas se divisan sus más altas torres emergiendo altivas sobre la niebla: Pico Zapatero, La Serrota, la Sierra de Gredos más allá…, y de esas otras torres, más ominosas, casi dignas del mismísimo Mordor, que dominan el skyline madrileño. Por debajo pueblos, embalses, carreteras... De nuevo esa turbadora sensación de que el brillo del agua nos ha robado el ocre, ya casi gris en esta época, de los extensos bosques de roble y castaño que en su día poblaron las estribaciones de esta sierra y de los que apenas quedan pálidos vestigios incapaces ya de albergar al oso que fue su dueño y señor y al que rinde homenaje el escudo de Madrid.

bola_maliciosa_cabezas 13-12-09 028 La Maliciosa desde el descenso de Bola del Mundo.

bola_maliciosa_cabezas 13-12-09 029 Vista atrás hacia las antenas…

bola_maliciosa_cabezas 13-12-09 031 Pluviómetro en el Collado del Piornal. Cabezas de Hierro al fondo.

bola_maliciosa_cabezas 13-12-09 036 La niebla amenaza Cercedilla… Al fondo, a la izquierda, la Paramera de Avila.

bola_maliciosa_cabezas 13-12-09 037 Montañero en el alto de La Maliciosa. Al fondo, Bola del Mundo.

Toca volver. Lo hacemos por el mismo camino casi hasta Bola del Mundo. El viento ahora viene de frente y la sensación de frío se acrecienta. Intento beber de la boquilla del camel back de mi mochila..., y está congelada. Tengo que protegerla unos segundos con mi mano desnuda para conseguir que el líquido vuelva a fluir. Dejamos Bola del Mundo a nuestra izquierda y buscamos un paso a Cuerda Larga a través del Ventisquero de la Condesa, al lado del muro construido para acumular la nieve que se enviaba en mulas a Madrid. De hecho queda aún un gran nevero, resto de las precipitaciones de días atrás, y le advierto a mi cuñado que la zona puede tener planchas de hielo que la convertirían en bastante peligrosa. Por fortuna la nieve está dura y no somos los primeros que la hollamos: alguien lo hizo cuando estaba aún blanda y sus huellas permanecen ahí, endurecidas por el frío y el gélido viento, dándonos a nosotros la oportunidad de seguirlas y proporcionándonos un buen agarre. Una vez que superamos un pequeño resalte rocoso enlazamos con Cuerda Larga, con el Cerro de Valdemartín y Cabezas de Hierro al fondo.

bola_maliciosa_cabezas 13-12-09 038De vuelta a Bola del Mundo.

bola_maliciosa_cabezas 13-12-09 039 El Ventisquero de la Condesa. Se aprecia la curva del muro de piedra.

bola_maliciosa_cabezas 13-12-09 040 Iniciando el paso del nevero.


bola_maliciosa_cabezas 13-12-09 046 Peñalara nevada.

bola_maliciosa_cabezas 13-12-09 051 Sendero de Cuerda Larga hacia Cabezas de Hierro.

Más o menos en en lugar de la última foto mi cuñado dice que me abandona… Le duele un dedo y prefiere no afrontar la bajada de Cabezas de Hierro y la inevitable de Bola del Mundo. Después de unos segundos, (pocos), de dudas, encaro la última subida del día en solitario. Como después le comenté, caminar en soledad también tiene “su punto”, y disfruté muchísimo al recorrer acompañado tan sólo del sonido de mi respiración ese tramo que sólo conocía de bajada y que me llevó después de sortear piedras y neveros, allí arriba, mirando casi a los ojos a la altiva Peñalara, con mis recuerdos del pasado MAM y mis pensamientos más íntimos.
 
bola_maliciosa_cabezas 13-12-09 052 Última pedrera hacia Cabezas de Hierro.

bola_maliciosa_cabezas 13-12-09 053 Cabezón en Cabezas de Hierro. Mi brazo no daba para más… Peñalara al fondo.


bola_maliciosa_cabezas 13-12-09 057 Cabezas de Hierro Mayor y siguiente tramo de Cuerda Larga.

Subir y bajar a Cabezas de Hierro menor me llevó unos cincuenta minutos, tiempo que mi cuñado aprovechó para echar un sueñecito… Un crack. Poco más quedaba que bajar de nuevo al Puerto de Navacerrada desandando lo andado. En el Collado de Valdemartín la niebla subió repentinamente a la par que bajó la temperatura hasta el punto que el agua del tubo de mi camel back se congeló por completo. No obstante el camino no era complicado de seguir por lo que sin problemas en una hora más estábamos de nuevo en el Restaurante Dos Castillas disfrutando de unas buenas raciones de chorizo frito calentito y unos gofres de chocolate que nos acabaron de arrancar el frío.
 
OLYMPUS DIGITAL CAMERA         Mapa de la Sierra en los alrededores de Bola del Mundo.

Un gran día, con la excelente compañía de mi cuñado, (mi hermana eligió bien), y el convencimiento, cada vez mayor, de que es aquí, entre piornos y granito, rodeado de lomas, collados y roquedales, alejado del asfalto, donde me encuentro más cómodo. Habrá que seguir corriendo, recuperación del pubis mediante, pero la paz, el equilibrio, la serenidad que me transmiten las horas que estoy pasando en la montaña, no me las puede ofrecer ningún maratón del mundo.

Enlaces de descarga de tracks y fotos:

Track en  formato .gpx, (en mi SkyDrive). Enlace de la ruta en Wikiloc.com. Album Picasa.

Presentación de parte de las fotos que tomé:


sábado, 28 de noviembre de 2009

Tapitas a la cazuela.

Por si alguno os queréis pasar este fin de semana por Avila os dejo la reseña emitida hoy mismo por Televisión Castilla y León de Avila acerca de la propuesta que la Asociación Abulense de Empresarios de Hostelería, con la colaboración del Ayuntamiento de Avila, propone para el fin de semana del 26 al 29 de noviembre de 2009: la II Edición de Tapitas a la Cazuela, en la que muchos establecimientos hosteleros de Avila ofrecen tapas con "sustancia".
En este enlace podéis descargar el .pdf informativo. Siento no haber avisado antes, pero si apuráis, aún estáis a tiempo, la primera ronda la pago yo, jejeje…

Las manos que rehogan el bacon y las migas son las de mi esposa, y la chica rubia, su jefa, del Restaurante La Posada de la Fruta, (vaya un poco de propaganda gratuita), y por ahí podéis empezar a entender el porqué de mis problemas con el peso. ¡Esas migas con chorizo, mmm...!

viernes, 27 de noviembre de 2009

Cross Ciudad de Avila. II Memorial José Soriano.

Cartel_Cross_Ciudad_de_Avila

El próximo diecisiete de enero, a las doce de la mañana, en el parque de El Soto, en Avila, se celebra el Cross Ciudad de Avila – Caja de Avila, II Memorial José Soriano, del que podéis ver toda la información en el enlace que pego y cuyas inscripciones están abiertas hasta el doce de enero, (aunque a partir del veintiuno de diciembre son algo más caras). En los siguientes enlaces podéis ver el Reglamento, descargar en .pdf el Formulario de Inscripción o hacer esta On-Line además de acceder a información de patrocinadores, premios…

Está mal que yo lo diga, tratándose de mi club: Club de Atletismo Ecosport, pero os garantizo una organización perfecta que cuida al máximo los detalles hacia el corredor hasta el punto de invitarle a un cafelito caliente antes de la salida, que se presupone fresquita en esas fechas. De hecho el año pasado el clima colaboró lo suyo, pues aunque nos deparó un día radiante, había nevado unos días atrás y el parque de El Soto estaba espectacular. Eso sí, si mi memoria no me falla, al amanecer había ocho grados bajo cero...

Foto tomada de este álbum Picasa que publicó el club.

El límite de inscripciones se fija en quinientos corredores, y es fácil que se acaben… Y si queréis disfrutar de la ciudad, el club ha acordado menús y alojamiento a precios especiales y si hace falta, yo pago unas cañas… ¿Excusas para no venir?

En este enlace podéis leer mi crónica del año pasado.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Tampoco era tan mala La Maliciosa…

maliciosa 21-11-09 003 De izquierda a derecha: Pedro, Noelia, yo y Alakan en el alto de La Maliciosa.

-Te lo juro Pedro: si yo pudiera hacer esto dos o tres veces por semana, no volvía a correr.

Ni maratones, ni tiempos, ni marcas, ni ultras, ni leches. Lo que le decía ayer a Pedro, Jordan en el foro, es radicalmente cierto: si yo pudiera darme el placer de poder hacer salidas como la de ayer unas cuantas veces por semana, no volvía a correr nunca. ¿Para qué?. Ayer disfruté de un estupendo día en compañía del propio Pedro, Alakan y Noelia, (a estos dos últimos no los conocía previamente).

Hoy no puedo documentar con fotos la salida, pues apenas hice. Tampoco os puedo ofrecer el track de la ruta que seguimos, novedad que quería incorporar al blog, ya que mi recién comprado GPS no cogió satélites durante buena parte del recorrido… No obstante la idea era seguir más o menos la primera etapa del Gran Trail de Peñalara, e ir haciéndonos una idea de lo que nos esperaría ese día, si es que no entramos en razón. El track del recorido del trail sí lo podéis descargar de su web oficial desde este enlace.

Hay que matizar que Alakan es un romántico de la montaña, un integrista de lo auténtico, y con él no va eso de subir a la montaña por pista, por lo que prácticamente todo el recorrido lo hicimos por senderos cercanos al oficial, aunque los tramos fundamentales, aquellos donde no hay pista y realmente los que necesitamos conocer, los calcamos, y con las precisas y constantes referencias de Alakan, nos pudimos hacer buena idea de lo que nos espera ese día.

Salimos del Restaurante la Fonda Real, en los alrededores de Navacerrada a eso de las diez de la mañana, con algo de viento y fresco. El cielo amenazó lluvia y niebla durante todo el día, aunque afortunadamente nos libramos de ambos. Con buen ánimo encaramos en dirección al embalse del Puerto de Navacerrada, por cuyo estrecho muro cruzamos andando, al menos los valientes imprudentes, para dar a un precioso sendero que atraviesa un denso pinar. Al poco llegamos a la Fuente de la Campanilla, así llamada por encerrar en una pequeña hornacina una pequeña campana metálica, donde hacemos un breve descanso sin percatarnos de un montañero que en los últimos metros nos ha recortado un buen trecho: Mayayo, casi recién llegado del Maratón Alpino de Jarapalos justo hace una semana y que se ha venido a “soltar” músculos con algo suavecito, (para él), como subir a La Maliciosa trotando por sitios y pendientes donde algunos casi echamos las manos. Un crack, y al igual que Alakan,una fuente de sabiduría montañera que no desaprovechamos los kilómetros que compartimos juntos.

Los cinco encaramos el Valle de la Barranca, por el que discurre el Arroyo de la Maliciosa, en dirección al Collado del Piornal, primer paso del día por encima de los dos mil metros. Al abandonar la protección de la vegetación y haber ganado ya bastante altura, el frío se empieza a hacer notar, e incluso este caluroso abulense, que hasta ahora llevaba tan sólo una camiseta tiene que abrigarse. El terreno aquí ya es bastante duro, y Mayayo, que iba vestido para un ritmo más heavy, nos abandona a buen paso. Nosotros nos quedamos por detrás, jadeando por el esfuerzo. En el Collado de Piornal el terreno se suaviza algo, y la última subida al alto de La Maliciosa es más suave que lo que ya hemos hecho, aunque más pedregosa. Es aquí, donde nos volvemos a cruzar con Mayayo, que baja como un rayo brincando sobre las piedras por donde algunos casi no nos atreveríamos a andar.

Como ya nos había advertido Alakan, el alto de La Maliciosa está atestado de gente y casi hay que pedir vez para hacerse una foto junto al punto geodésico que marca los dos mil veintinueve metros de altura de La Maliciosa. Las vistas desde allí, incluso con la intermitente aparición de nubes es espectacular. Vemos las vistosas antenas pintadas de blanco y rojo del Alto de Las Guarramillas, (o de La Bola del Mundo), aparecer fantasmagóricamente entre ellas, para ocultarse de nuevo al poco. Hacia la derecha, Cuerda Larga: el Cerro de Valdemartín, Cabezas de Hierro... Escenario hace ya unos meses del MAM, la carrera más dura que he corrido nunca, pero que palidece ante el reto del Gran Trail de Peñalara. Recuerdos de dudas, de retos de dudoso vencimiento, de inmensa alegría al superarlos... Pero cuando la perspectiva y las nubes lo permiten, intento encontrar, aún más allá la cumbre de Peñalara, testigo también del paso del MAM, pero que hoy tiene para mi un significado añadido: mi hijo ha salido de excursión con el colegio, con el grupo de montañeros, y a estas horas estará camino de las Cinco Lagunas, al pie del gigante. Casi todas las salidas montañeras que he hecho han sido con él, y le echo de menos. Hacia el sureste de la cumbre de La Maliciosa la caída es casi vertical, y al noreste, entre retazo y retazo nuboso, Alakan nos va enseñando los distintos pasos de la ruta del trail, en direción al Collado de los Pastores, y más allá, Canto Cochino, fin de la primera etapa del trail. 

Por de pronto, nosotros bajamos hacia el Collado de las Vacas por un sendero a veces poco marcado, muy irregular y pendiente. Difícil de bajar, pero intuimos que durísimo de subir. Es aquí donde vemos unos espectaculares buitres volando sobre nuestras cabezas, aprovechando las térmicas que se producen debido a lo escarpado de la cara sur de La Maliciosa. Al cruzar el collado, Alakan nos enseña uno de sus parajes preferidos, La Maliciosa Baja, un paraje agreste, casi salvaje, donde confiesa que tiene la intención de dormir  algún día. Allí paramos para comer y descansar unos minutos y para trastear algo entre sus roquedos. A partir de ahí, y una vez que recuperamos el cordal de la Sierra de los Porrones el descenso es constante y tendido. De nuevo aparece la vegetación, en forma de frondoso pinar que en tramos de repoblación, con sus artificiales líneas regulares, salpicado de jaras, arizónicas, multitud de otros arbustos que no identifico y setas, muchas setas.

Entramos en La Pedriza, dentro del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, un hermosísimo y laberíntico paraje granítico donde Alakan nos advierte del peligro de perderse. Una última parada, en un merendero que recordaba un decorado de película, rodeado de piedras surgidas cuando los dinosaurios dominaban la tierra, y que no acabo de situar en el mapa, y media hora más tarde, al coche de Alakan, que nos devolvió al resto al principio de la ruta.

Ha sido un día pleno. He conocido parajes de ensueño. Los he compartido con Pedro, un buen amigo. He conocido a Alakan y a Noelia, dos personas que merecen la pena, y con las que espero compartir otras muchas salidas. He intuido el comienzo de la que puede ser la gran aventura del año que viene.

El único punto negro ha surgido hoy: durante los últimos kilómetros de ayer mi adductor molestó bastante, y hoy duele. Temo más a eso que a collados y cordales.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Dramateurs, (y 2).

Ya os hablé de ellos en esta entrada. Dramateurs es un grupo de profesores y alumnos de inglés la Escuela Oficial de Idiomas de Avila que pone en escena divertidísimas obras en las que mezcla humor, música, baile e inglés, resultando idóneas para representar en institutos, escuelas de idiomas, o cualquier institución que quiera fomentar el aprendizaje del idioma de Shakespeare de una forma divertida y por un módico precio destinado exclusivamente a compensar gastos. Si os queréis poner en contacto con ellos hacedlo a través de su web, (no siempre funciona debido a que está alojada en un servidor doméstico), o enviadme un correo a mí.

Para que os hagáis una idea de su trabajo os pego un par de escenas de su última representación, Cinematters, en concreto las parodias de la arenga de William Wallace en Braveheart y la entrevista de Regan y el Padre Karras de El Exorcista. Disfutadlas:

 

miércoles, 18 de noviembre de 2009

De nuevo, el vértigo de sentirse vivo…

GetImage.asp Cercedilla. Mañana del veintiuno de junio. Minutos previos a la salida del MAM. Mi pulso está acelerado. No suele ser así en las salidas de otras carreras, de hecho creo saber mantener mis emociones bajo control mejor que la mayoría, pero hoy siento el rítmico golpeteo de mi corazón bajo el pecho. He pasado el control de chips y poco hay que hacer hasta la salida, que se retrasará unos minutos más de lo previsto. Son minutos largos en los que el reloj parece no avanzar, en los que  sea cual sea el incierto resultado de la apuesta que has formulado lo que deseas es que los dados empiecen a rodar. He saludado a mis amigos: a los Ultraoxígeno, expertos en estas lides y a los que no veré en toda la carrera, a Zerolito, principal inductor de que yo esté ahí en ese momento, a Aspen, un tipo calmado que ha tenido que comprar en la feria del corredor el último material para la carrera, a Guille, un buen tipo con el que espero compartir alguna correría... Pero ahora necesito unos segundos para mí. Es el momento de la reflexión, de organizar ideas, de darle el último pulido a la estrategia a seguir, de intentar tranquilizar ese golpeteo en el pecho... Cierro los ojos un par de segundos y pienso...

Llevo desde febrero viviendo de las rentas de la preparación para el Maratón de Sevilla, al que una enfermedad de mi esposa me impidió ir. Mi estado de forma dista mucho de ese pico y no es el óptimo para enfrentarme al MAM. Apenas tengo experiencia en carreras de montaña, y aún así las que he hecho distan muchísimo de esta que denomina supervivientes a quienes la acaban en las nueve horas del cierre. Conozco corredores de montaña de mucho más nivel que yo que aún no se han atrevido a dar el paso de estar hoy aquí, lo que me hace pensar en un exceso de atrevimiento por mi parte. Aunque conozco el recorrido no olvido que el primer entrenamiento "in situ" sobre veintiséis kilómetros de los cuarenta y cuatro totales de hoy, casi acaba conmigo, convirtiéndose de largo en la más dura experiencia deportiva que había tenido hasta entonces. Recuerdo las palabras de Mayayo, una de las personas que más y mejores consejos nos ofreció a Zerolito y a mí, mostrándome sutilmente una salida digna y sensata para esta mañana: el abandono en el segundo paso por Cotos, disfrutando del día y dejando la supervivencia para el año siguiente. Recuerdo también las de Yoku en el foro: el MAM es completamente distinto y sobre todo más duro que cualquier cosa que hayáis corrido hasta ahora. Recuerdo con una cierta ira, debidamente vengada nueve horas después, los sarcásticos y falsos "apoyos" de algún que otro corredor, tan atrapado en su propia mediocridad que sólo los fracasos ajenos le reportan una pequeña alegría. Recuerdo la llamada telefónica a Zerolito, en la que confieso mis dudas y temores: un titubeo en su decisión de correr hoy me hubiera arrastrado a mí sin duda, pues solo no estaría aquí. Repaso una vez más el plan, ritmos, tiempos de paso... Se lo que tengo que hacer, sólo necesito fuerzas para hacerlo. Es de estas de las que dudo. Mi corazón sigue latiendo fuerte. Lleva haciéndolo semanas recordándome que posiblemente no soy tan fuerte, no tan duro..., pero me siento VIVO como no ha conseguido hacer sentirme ninguna carrera en años.

Ahora todas esas dudas, esos temores que podrían reproducirse en el MAM 2010 se desvanecen como los últimos girones de niebla ante un radiante sol de primavera. Ahora el MAM 2010 puede convertirse, en una nueva huída hacia adelante para un paquete vocacional como yo, en un entrenamiento largo para la nueva bestia del atletismo montañero de la zona centro: el Gran Trail de Peñalara.

Sus números asustan: unos ciento diez kilómetros triscando por la Sierra de Madrid, buena parte de ellos por encima de los dos mil metros de altura, con una máxima de los dos mil cuatrocientos treinta que acredita Peñalara, cumbre tope de la Comunidad. Habrá pista forestal, camino, sendero, trochas, tramos de campo a través..., y piedra, muchísima piedra. Más de diez mil metros de desnivel acumulado, (esto me aterra aún más que la distancia total ya que, como referencia, el MAM, auto considerado como "posiblemente el maratón más duro del mundo", y hasta ahora la prueba más dura a la que me he enfrentado, acredita "sólo" cinco mil trescientos en sus cuarenta y cuatro kilómetros). Treinta horas para vencer el reto, lo que en mi nivel supone pasar una noche entera intentando no perder el rumbo, con el agravante de que ese día la luna estará en cuarto menguante.

Más datos. Aunque la organización dispondrá de varios puntos de avituallamientos, obliga a llevar un un mínimo de un litro de líquido y al menos quinientas calorías de alimento. Además un equipo mínimo compuesto de manta de supervivencia, silbato, chubasquero o cortavientos con capucha, venda, frontal con pilas de repuesto y gorra o buff y todo aquel otro que las circunstancias del día pudieran hacer necesario a juicio de la organización. Un mínimo de sentido común, que debería ser aportado por el propio corredor, aconsejaría llevar móvil, un gps con los tracks, (publicados en la propia web), algo de ropa de abrigo, un botiquín básico para solventar ampollas o pequeños cortes o rozaduras debidos a caídas, crema solar y en mi opinión, al menos tratándose de corredores que apuraríamos muchísimo el cierre de control, algo más de alimento y líquido. En mi caso no faltarán tampoco los bastones que tan buen resultado me dieron en el MAM.

Aunque algunas secciones de la página aún están en construcción, os recomiendo que la visitéis, pues está muy trabajada y aporta muchísima información.

Y de nuevo vienen las dudas y los miedos. De nuevo me enfrento al vértigo que supone un reto de incierto desenlace. Aquí no valen las rentas de un maratón de primavera, ni se perdonará dilapidar las fuerzas en carreras menores. De aquí a entonces sólo debería haber un único objetivo: el Gran Trail de Peñalara, y aún así, lo único que se seguro es que de nuevo todo será aún más duro y peor de aquello que he conocido antes.

Mi participación pasa por empezar a entrenar desde ya y no recaer en la puñetera lesión que me tiene apartado desde hace meses. Las salidas largas por montaña, (cuanto más largas mejor, lo que implica andar casi todo el tiempo), y a ser posible por el propio recorrido, tienen que cobrar mucho más protagonismo y serán la base de la preparación. Entre semana mucha cuesta y camino y poco o nada de asfalto. Una preparación al uso creo que no aportará mucho y apenas haré carreras de aquí a entonces, (y las que haga no será compitiéndolas). Y si todo se conjuga, el tres de julio, en Navacerrada recordaré esas mismas dudas, esos temores del principio, de nuevo será el recorrido el que muestre mi verdadera medida, empujando mi límites aún más allá de lo que los suponía o quebrándolos por exceso de autocomplacencia…

Pero en cualquier caso esa duda, ese miedo, de nuevo me harán sentir VIVO.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Castro de Ulaca.

Hoy hacía frío en Avila. El temporal que azotaba media España también se dejó notar aquí en forma de temperaturas bajas y un fuerte viento. Por otro lado mi hija no podía acompañarnos en nuestra salida montañera de la semana, así que Carlos y yo decidimos hacer algo “ligero”, por lo que hemos recorrido el Castro Vetton de Ulaca, en Villaviciosa, pueblo anejo de Solosancho, a veinte kiómetros de Avila por la Nacional 502. Aquí el mapa de acceso desde Madrid, y en este otro enlace el mapa de la zona en .pdf.

Ulaca es uno de los principales castros Vettones y se encuentra enclavado en un estratégico cerro desde cuya altura se domina visualmente casi todo el Valle Amblés hacia el norte, este y oeste, y con la Sierra de la Paramera y el alto del Pico Zapatero, detrás. Os recomiendo que leáis este enlace de la web Celtiberia.net, con una completa descripción del castro para ampliar información.

El recorrido es relativamente corto, (entre dos y dos horas y media a paso tranquilo, aunque se presta a demoras por las paradas en los puntos informativos), y no encontraremos agua. No tiene ninguna dificultad especial salvo la cuesta del inicio, que no es excesivamente larga, aunque eso sí, subiremos casi hasta los mil quinientos metros y hay zonas de sendero con piedra suelta.

Como además de frío y ventoso, el día amenazaba lluvia, (es decir un día pestoso para fotografía de paisaje por las condiciones de iluminación y las molestias del viento, y peligroso para el equipo), no cargué con mi Oympus E-510, sino con la sufrida compacta que llevo a las carreras, así que mil perdones por la pésima calidad de las fotos de hoy…

Villaviciosa es un pequeño pueblo de poco más de cien habitantes. Dejamos el coche sobre las nueve y media de la mañana justo al lado del Hotel Sancho de Estrada, (actualmente en obras, pero lugar más que recomendable para pasar un romántico fin de semana).

ulaca 08-11-09 001Verraco, (típica escultura zoomorfa vetona), a la entrada del hotel.

Justo enfrente del hotel, cruzando la carretera que lleva al pueblo, existe un aula arqueológica donde teóricamente se ofrecía información, pero actualmente aparece abandonada. Esa carretera muere en Villaviciosa y se convierte en un camino que es el que debemos encarar.

ulaca 08-11-09 002Al cabo de apenas quinientos metros veremos a la izquierda una puerta de acceso con un cartel informativo: es el inicio de la subida al castro.

ulaca 08-11-09 004El acceso es libre y no hay ningún horario de visitas establecido. Esta primera parte, hasta llegar al castro, está indicada con hitos manufacturados y pintados de amarillo, por lo que es casi imposible perderse.

ulaca 08-11-09 005 Siguiéndolos unos cientos de metros llegaremos al primero de los paneles informativos que componen el recorrido “estándar”, situado en un pequeño prado.

ulaca 08-11-09 007

Unos metros más adelante, después de salvar un último tramo de subida en el que se ha construido una escalera de acceso, entramos en el castro propiamente dicho  por su puerta oeste.

ulaca 08-11-09 008 ulaca 08-11-09 009 A partir de ahora simplemente tendremos que seguir el recorrido sugerido por los paneles, que nos ofrecerán una ruta completa por el castro y mucha información interesante acerca del origen del castro, forma de vida, historia...

ulaca 08-11-09 010

Unos metros más arriba de esta primera zona amurallada encontramos una segunda línea defensiva.

ulaca 08-11-09 012 Una de los puntos más interesantes durante la vista es sin duda el “Altar de los Sacrificios”, nombre con el que se conoce la roca tallada de las fotos de abajo, aunque tal nombre quizá no concuerde con la verdadera función del recinto del que forma parte. Leed este artículo publicado en el Diario de Avila en agosto de este año, acerca de su posible función como templo solar, aunque evidentemente de una u otra forma parece clara su función ceremonial.

ulaca 08-11-09 015Vista general del recinto ceremonial. 

ulaca 08-11-09 016Detalle del “Altar de los Sacrificios”. 

ulaca 08-11-09 020

Al fondo el Castillo de Manqueospese, en Mironcillo.

ulaca 08-11-09 019

Vista desde arriba del “altar”.

A pocos metros, siguiendo el recorrido, nos encontramos con otra construcción singular conocida como “La Sauna”, pues se la relaciona con ese uso como rito ceremonial para los guerreros vetones.

ulaca 08-11-09 022

De izquierda a derecha, puerta del horno, cámara y al fondo, la antecámara o zona de espera.

Siguiendo adelante encontramos unas reconstrucciones de viviendas y las canteras abandonadas, (si no fuera por el musgo daría la sensación de que fue ayer mismo), de donde se extraía la piedra para las construcciones.

ulaca 08-11-09 023 ulaca 08-11-09 024 ulaca 08-11-09 025

Una de las canteras abandonadas.

Estamos cerca de un collado donde se situaba el límite geográfico del castro, seguimos hacia él y giraremos hacia la izquierda, con unas vistas espectaculares de la cara norte de la Sierra de la Paramera, zona del Pico Zapatero, hoy ocultas por la niebla y con algo de nieve en cotas altas.

Trasteamos entre roquedos unos cientos de metros y seguimos el contorno de una muralla inacabada. Parece ser que el abandono del castro la pilló sin terminar.

ulaca 08-11-09 027

Toca bajar cota y volver por un sendero, apenas insinuado, paralelo a aquel por el que hemos subido para encontrarnos con las ruinas de lo que pudo ser un “Torreón de Ceremonias”, o al menos un edificio de una cierta importancia a juzgar por la factura de sus cimientos, (lo único que se puede apreciar actualmente), mucho más elaborada que el de el resto de construcciones. Esto, y el hecho de estar localizado casi en lo más alto del castro, hace pensar que pudo existir en ese punto una especie de acrópolis.

ulaca 08-11-09 028 Bajada desde la muralla sur.

ulaca 08-11-09 029 Restos del “Torreón de Ceremonias”.

Una última visita a un “barrio” del castro donde se puede apreciar la distribución de las viviendas y saldremos del castro a través de la puerta norte del mismo, donde podemos apreciar detalles como la muesca donde encajaban los goznes del portón.

ulaca 08-11-09 031 Zona donde debió existir un “barrio residencial”.

ulaca 08-11-09 036Según los paneles informativos, esta debió ser la puerta principal del castro por ser la de más fácil acceso.

ulaca 08-11-09 037Detalle de la puerta: muesca para el gozne del portón.

Desde aquí tenemos dos opciones: desandar hasta el punto anterior y girar a nuestra derecha, donde vemos el “Altar de los Sacrificios” a unos doscientos metros  y volver por la misma senda por la que subimos, o seguir por una divertida vereda que rodea el cerro por esta parte, marcada de nuevo con hitos pintados de amarillo, y que nos lleva al prado donde encontramos el primer panel informativo. Nosotros elegimos esta segunda opción, y en unas dos horas y media, a paso tranquilo y con paradas para hacer fotos y comer el bocata estábamos de vuelta en Villaviciosa. Una bonita mañana.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Es lo que hay…

Romper1

Línea roja: pulsaciones. Granate: altitud. Azul: ritmo. Eje horizontal: tiempo de ejercicio.

Hoy he probado. Casi cuatro meses después de la última vez que me calcé las zapatillas hoy he salido a ¿correr?. En la imagen veis los resultados: poco más de dos kilómetros y medio a seis minutos treinta segundos por kilómetro y unas pulsaciones medias de ciento sesenta y seis por minuto, (y eso con “trampa”, ya que en el último medio kilómetro acredito una media de, ojito, ¡¡¡ciento setenta y una y subiendo!!!).

Como comento en el propio ejercicio y en el título de la entrada: es lo que hay, y tampoco esperaba mucho más… Bueno sí. Al menos esperaba no tener molestias salvo las típicas de tantas semanas inactivo, pero no ha sido así: ya a los cien metros mi adductor izquierdo dio el primer pinchazo…, al cabo de unos minutos fue el derecho, y un poco más allá otra vez el derecho… Y mientras escribo, hora y media después, mi pubis me susurra quedo: “no deberías haberlo hecho Carlos, aún no”.

Aún habiendo dado ya por perdida lo que restaba de temporada, tenía esperanzas de poder acompañar a Lander en el Maratón de Valencia, en febrero, a Zerolito y otro buen puñado de amigos del foro en el MAM, en junio, a un par de descerebrados en la primera edición del Gran Trail de Peñalara, el primer fin de semana de julio, prueba cuya mera descripción, (más de cien kilómetros por la Sierra de Guadarrama, más de diez mil metros de desnivel acumulado, treinta horas para vencer ambas cifras), hizo resonar en mí ecos de épica ilusión. Pero todo se difumina.

Hay además otros asuntos, mucho más importantes que las ínfulas atléticas y los quijotescos desvaríos, (quijotescos por aquello de vivir de ilusiones nunca cumplidas), de este pobre paquete, poco andante y más Panza que Sancho, que requieren mi atención y me roban tiempo, sueño, ilusión y ganas.

Esto me lleva a la segunda parte de la entrada. En mi Google Reader hay a día de hoy ciento veintiocho entradas por leer, y me siento incapaz de ponerme al día cuando a duras penas mantengo este sitio. Algunos de vosotros sois sólo conocidos, otros, buenos amigos, pero en todos he visto algo cuando os he enlazado. No voy a pedir disculpas por no poder leeros, pues son las circunstancias las que obligan, pero sí os merecéis esta pequeña explicación, que realmente tampoco aclara nada salvo a los más allegados, (mis disculpas, ahora sí, al resto), del porqué hace tiempo que no os visito.

Poco que contar y menos ganas de hacerlo. Las salidas montañeras harán que esporádicamente publique alguna entrada, unas cuantas fotos y poco más.

Es lo que hay…

sábado, 31 de octubre de 2009

Santuario Nra. Sra. de Chilla-Vega de la Zarza.

Ayer por la mañana mi hijo jugaba al fútbol en Arenas de San Pedro, un bonito pueblo del sur de Avila, en pleno corazón de la zona sur de la Sierra de Gredos. Es la denominada “Andalucía de Avila” debido al microclima que se produce al estar la región a cubierto de los fríos vientos norteños gracias a la cercana sierra. A fin de aprovechar el resto del día decidimos acercarnos a la cercana Candeleda, visitar la Ermita de Nuestra Señora de Chilla, y hacer una pequeña ruta remontando la Garganta de Chilla unos kilómetros. En total, y teniendo en cuenta que salíamos tarde por el partido y que Carlos estaría cansado después del mismo, teníamos pensado hacer “sólo” unos ocho kilómetros fáciles en algo más de tres horas.
 
Aquí os pego el mapa de acceso a la ermita desde Avila:



Y en este enlace, el mapa de la zona.
 
La ermita, como suele ser habitual en estos casos, se construyó en el lugar de una aparición de la Virgen María a principios del Siglo XIV, celebrándose todavía en conmemoración de tal hecho una concurrida romería en el segundo domingo de septiembre. Como también suele ser habitual,  todo ocurrió en un paraje precioso: rodeada de robledales e imponentes castaños que crecen entre alfombras de helechos a los pies de la Sierra de Gredos.
Durante la ruta no encontraremos agua, (salvo un abrevadero que parece surgir de un manantial pero del que no estoy seguro de su potabilidad, o no os importe beber directamente de la garganta), pero en los anejos de la ermita hay un par de fuentes.
 
La ruta no tiene ninguna dificultad técnica y físicamente no es dura. Se puede hacer durante todo el año sin excesivas precauciones salvo las más básicas, (apostaría a que aquí no nieva o hiela en décadas), pero en verano pasaréis mucho, muchísimo calor, ya que salvo en los alrededores de la ermita las sombras son escasas.
 
Dejamos el coche en el parking anejo a la ermita y le echamos un vistazo antes de empezar.
 
OLYMPUS DIGITAL CAMERA
Fachada de la ermita.

OLYMPUS DIGITAL CAMERA Casa del santero y punto de venta de recuerdos.

OLYMPUS DIGITAL CAMERAUna de las fuentes de la ermita.

OLYMPUS DIGITAL CAMERA

“Piedra de la aparición”, (a la derecha), fuente, y anfiteatro donde se celebra la misa al aire libre el día de la romería.

La senda comienza justo en la explanada de acceso a la ermita y no tenemos pérdida. Simplemente seguimos la dirección de la carretera de acceso durante unos cientos de metros y enseguida comenzaremos a subir las zetas de la última foto de este grupo.
 
OLYMPUS DIGITAL CAMERA
OLYMPUS DIGITAL CAMERA
Los primeros metros discurren a la sombra.

OLYMPUS DIGITAL CAMERADeberemos zigzagear un buen rato, si bien la pendiente no es excesiva y el camino está en relativo buen estado. Sabremos que vamos en la buena dirección si al cabo de una media hora o tres cuartos de hora encontramos este hito:
 
OLYMPUS DIGITAL CAMERA “Almanzor”, dice. Aunque al menos hoy nos quedaremos lejos de la cumbre…
 
Un par de zig-zag más y deberemos estar atentos. Si veis el mapa, justo al acabar las zetas hay un tramo de camino, (señalado con rayas discontinuas en el mapa), que nos lleva a cruzar el Collado de Chilla, pero ese camino ya no existe, (o al menos no fuimos capaces de encontrarlo después de dar varias vueltas por si habíamos errado el rumbo), y de él sólo queda un sendero muy poco marcado que sube entre los helechos. Deberemos tener cuidado pues el camino principal nos lleva de nuevo hacia el este. El punto exacto donde esto ocurre, y al que deberéis estar atentos y quizá dejaros llevar algo por vuestra intuición a la hora de decidir cuando es el momento de girar, es este:
 
OLYMPUS DIGITAL CAMERAA la derecha volvemos hacia el este. A la izquierda subimos al Collado.

OLYMPUS DIGITAL CAMERA Sabremos que no hemos errado si llegamos en pocos minutos al abrevadero del que hablé antes.
 
OLYMPUS DIGITAL CAMERA Aquí se acaba la subida, ya que el resto de la ruta va casi a nivel serpenteando por las estribaciones de la Cuerda de los Huertos, de tal forma que a medida que avanzamos, la garganta “sube” hasta nuestra altura.
 
Sólo muy de vez en cuando encontraremos algún pequeño hito, pero no tendremos pérdida. A la vista constante de la imponente mole de la parte sur del Circo de Gredos, llegaremos en poco a nuestro destino.
 
OLYMPUS DIGITAL CAMERAPreciosa vista de la parte sur del Circo de Gredos, que nos encontramos casi de sopetón, al pasar el Collado de Chilla.

OLYMPUS DIGITAL CAMERA
La fresca sombra de este precioso roble, justo a la orilla de la garganta, nos hizo parar a comer el bocata.
 
Sólo una pega a la excursión de ayer, que tampoco debiera de impediros ir: durante ella nos encontramos tanto a la ida como a la vuelta, en distintos puntos, con un rebaño de ovejas con perros, (algunos de ellos enormes mastines), que nos ladraron. Con otro rebaño de cabras con perros, no menos grandes, que también nos ladraron. Con un perro sin rebaño que nos encontramos en medio de los helechos y que nos ladró. Con un perro y dos burros, uno encima del otro, que ¿adivinais?, sí, también nos ladró… Todo ello nos llevó a dar algún rodeo, atajar en alguna de las zetas para intentar, (sin éxito), esquivar a las ovejas y sus guardianes, apretar el paso porque en otra ocasión eran las cabras las que atajaban y nos comían terreno…, y como no podía ser de otra manera al final nos despistamos en una zona de vegetación densa, ya cerca de nuestro destino. Cogimos por el camino que cité al principio, el que nos envía al este según subimos, y al final tuvimos que volver sobre nuestros pasos un buen trecho, lo que nos hizo perder casi media hora, si bien es cierto que fue precisamente por la parte más arbolada de los alrededores de la ermita, a la sombra y con preciosos y recoletos rincones.